Buenos días a todos/as:
la verdad es que me duele escribir este artículo, ya que no me esperaba hacerlo nunca, porque siempre he creído en la buena voluntad del Instituto Cervantes, pero a la hora de la verdad, no ha sido así, por eso escribo lo que a continuación vais a leer.
El curso de Español como lengua extranjera, es un curso maravilloso en sus contenidos, aunque hemos de recalcar que el período on-line se hace largo y luego el período presencial de una semana se nos antoja bastante corto. Pero en ambos períodos, podemos decir que el curso es bastante bueno en cuanto a contenidos y en cuanto al plantel de profesores, que todos ellos, unos más que otros son profesionales que empatizan con los alumnos y que logran una buena transmisión de los conocimientos que quieren que sus alumnos adquieran.
Pero como siempre no solo hay que fijarse en la superficie de las cosas, y en aquellas que se ven a simple vista, sino que hay que analizar todo lo acontecido en el curso, y aquí es donde la desilusión se ha hecho patente entre los 29 alumnos que hemos llevado a cabo el curso con éxito la mayoría de todos. Y sinceramente ha surgido una controversia que ha empañado el buen hacer del curso, cuando se nos comunicó tarde y mal, que el curso que hemos llevado a cabo no es reconocido por Ministerio de Educación, Cultura y Deportes; ya que al parecer no se considera que el curso al haberlo realizado en institución privada, en colaboración con Cervantes; haya sido de apertura pública a la gente que lo demandaba y por ello no se puede obtener dicho reconocimiento.
La verdad es que nadie sabe si es cierto esto o no, ya que sabemos los 29 alumnos de dicho curso que se nos mandó un mail, por error, de una persona de confianza del Cervantes en el que se decía que el reconocimiento no había sido adquirido, ya que no se inscribió a tiempo el curso en el Ministerio, error que no es achacable en ningún momento a los alumnos, pero que como somos el eslabón más débil de la cadena, hemos acabado pagando.
Se formó tal revuelo, que incluso hubo delegación de alumnos, universidad y Cervantes para aclarar lo sucedido, pero al final, el Cervantes ha zanjado el tema indicando que es imposible adquirir dicho reconocimiento, porque como ya comenté antes no se considera que hemos realizado el curso en las instalaciones del Cervantes, por mucho que este haya autorizado a la universidad, y por mucho que su curso en Alcalá de Henares sea el mismo que el que hemos realizado; y por ello se ven imposibilitados a llevar a cabo tal reconocimiento, pero si que están capacitados para cobrarnos lo mismo que si lo hubiéramos llevado a cabo en Alcalá, pero con el agraviante que no tenemos el reconocimiento, que los de Alcalá sí tienen.
Y además el Cervantes acabó demostrando su poco carácter democrático, cuando anuló unilateralmente la entrega de diplomas que se iba a llevar a cabo en el centro de Alcalá; ya que declararon tener miedo que los alumnos, manifestaran libremente sus opiniones dicho día de entrega de diplomas. Este gesto demuestra una vez más que el Cervantes no tiene la conciencia tranquila, ya que no debe temer que sus alumnos ejerzan el derecho a expresar sus opiniones libremente, por mucho que dichas opiniones no sean compartidas por el centro. Demuestran una vez más que las opiniones cuando no son positivas, no son bienvenidas, de forma que no aceptan las críticas, punto esencial en su método educativo, ya que la crítica constructiva sirve para crecer como persona, o en este caso institución, pero al parecer el Cervantes no quiere o no se atreve a predicar con el ejemplo.
Para acabar indicar una vez más que el Cervantes volvió a mentir en las explicaciones que dio por mail a sus alumnos, al indicar que en ningún momento se ofertó la posibilidad de reconocimiento ministerial. Entonces, ¿por qué el envio de hasta 3 mails diferentes indicando que pasos dar por individuo para obtener dicho reconocimiento? ¿Por qué hasta el último día mantuvieron, o eso nos dijeron, contactos con Ministerio para solucionar el "problema", que según ellos no existía?
La verdad, la actitud de una entidad como el Cervantes, garante del idioma español en el mundo, deja bastante que desear y provoca que la admiración que sentía hacía dicha institución sea mínimo, ya que una vez conoces de que pie cojean, piensas: "son como todos solo quieren cobrar para así progresar y a sus alumnos en la estacada dejan, creen que con el prestigio adquirido se vive, cuando lo importante no es llegar sino mantenerse".
Siento enormemente escribir esto, pero mis sentimientos no se pueden comprar.
Hasta la próxima.
EL ABUELO.
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